18 nov 2014

Feliz Aniversario [OlixNoah]

Notas:
-Ante todo, este relato es original y ha salido de mi enferma mente en un momento de aburrimiento que no me lo creía ni yo, así que cualquier cosa que suceda, o deje de suceder, los personajes, y todo contenido de esta cosa extraña y amorfa historia pertenecen enteramente a mi persona. He dicho.
El narrador de esta historia es Oliver, un marido frustrado por que no consigue hacer SM con su marido por mucho que lo intente.
Relato [+18], avisados quedais.
Disfrutad :3
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Quedaba poco para que Noah llegase a casa. La verdad es que, después de haber dejado a Armin durmiendo en la cuna, me había sentado en el salón para ver en el ordenador el “S&M” que tanto le gustaba a mi marido. Y la verdad es que lo que había encontrado no había sido muy agradable. Había cosas que hacían que me parecían, francamente, asquerosas, dolorosas y demasiado crueles y me hacían preguntarme si de verdad le gustaba esto a mi marido. Pero no soy nadie para cambiarle los gustos y si a la hora del sexo eso era lo que le gustaba, hoy sería todo así. ¿Por qué sexo? Bueno, hoy, día dieciocho de noviembre, era un día especial para nosotros. Era nuestro aniversario y quería celebrarlo en condiciones. Hacía mucho tiempo que no nos tumbábamos en la cama para tener un poco de “fiesta” pues nuestro hijo era pequeño y apenas había nacido hace unos meses. Y que queréis que os diga, esos meses de no poder apenas tocarnos, pasan factura y, ya que estamos, por darle un caprichito a mi marido no me iba a pasar nada. Aunque tampoco es que me gustara mucho la idea de ver a Noah sufriendo.... pero bueno.


Escuché como la puerta se abría y me mordí un poco el labio. Miré hacia atrás y esperé a que Noah cerrara la puerta. Me puse enfrente de él y le tomé del rostro y le besé. Le empujé un poco hacia la pared y bajé mis manos hacia su cintura, esperando que soltara las bolsas de la compra y poder llevarle al dormitorio. Pero grande fue mi sorpresa cuando me mordió la lengua, se separó de mi y me puso la bolsa de la compra en las manos.

– Si tanta energía tienes, coloca la compra –dijo tan pancho antes de dejarme con la compra en las manos. Me quedé con cara de idiota durante un momento antes de que de pronto me mordiera la oreja y me agarrara el culo –te espero en el dormitorio– dijo antes de irse a la habitación de nuestro hijo. Eso me hizo gracia. Mucha gracia la verdad. Era tan propio de  él que ni me molestaba. Me reí un poco y caminé hacia la cocina para dejar las bolsas sobre la encimera. En lugar de colocar su interior, simplemente lo dejé todo y me dí la vuelta para buscar a Noah en la habitación de Armin. Pero ahí no estaba ya. Cerré la puerta, despacito, comprobando antes que el walkie funcionaba en condiciones.

Entro en nuestra habitación y antes de poder cerrar yo la puerta, aparece Noah para cerrarla. Alzo un poco las cejas, sorprendido, y noto como me empuja hacia la cama. Me dejo llevar y se sienta sobre mi antes de lamerme desde la base del cuello hasta el lóbulo de mi oreja. Me recorre un escalofrio y tenso un momento la espalda antes de escuchar como me susurra.

–Yo también tenía ganas de sexo –dice.–Pero al menos lo disimulo un poco –rie. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que al colocar las sábanas rojas y solo iluminar la habitación con velas, había sido una grandiosa idea. Le tomo de la cintura y le agarro por las muñecas antes de inclinarme y besarle. Le muerdo los labios y después los lamo antes de separarme, quedarme sentado sobre su cintura y buscar, sin soltarle las muñecas, y busco un par de cosas en el cajón. Noto su mirada y cuando le miro, me mira raro. Alzo una ceja y sonrio nates de sacar un lubricante efecto calor que tenía guardado. Lo dejo a un lado mientras sus ojos todavía extrañados me observan casi demasiado... y eso me ponía un pelín nervioso..

Levanto su camiseta y se la retiro, utilizándola para atarle las muñecas. Suelto sus manos y veo que han quedado perfectamente atadas. Dejo un poco de ese lubricante en mis manos y lo pongo sobre uno de sus pezones, masajeándolo un poco, y pronto pasando al siguiente. Alzo un poco la mirada y veo que Noah tiene el ceño fruncido. Ladeo un poco la cabeza, confuso.

–¿Dónde está mi marido? –pregunta extrañado.

–Aquí –susurro mientras me rio un poco y me sonrojo. Me estaba poniendo un poco más nervioso de lo que quería. –Bueno... es un día especial y, como nunca lo hemos echo tu y yo así... y se que te gusta... bueno, quería hacer esto por ti –añado, mirando a otro lado.

–¿Hacer el qué? –pregunta con una ceja alzada.

–¿Para que crees que son las velas? –pregunto a mi vez y ladeo la cabeza, alzando una ceja–y el lubricante... y la fusta –añado, sacando de debajo de la almohada su fusta de purpurina rosa y estrellas –aunque esto me quita seriedad.... –musito para mi.

–Pero a ti no te gusta –dice todavía con extrañeza.

–¿No puedo darle un capricho a mi marido? Además, no me gusta cuando te pones en plan dominatrix... yo no disfruto con el dolor –añado– pero nunca probé a ser yo quien dominara... en condiciones...

–Pero no tienes experiencia.

–Si nunca lo hago, nunca cogeré la experiencia, ¿no –digo riéndome un poco.

–Entonces –dice, relajándose un poco y sonriendo –tendremos que hacerlo hoy muchas veces –añade. Sonrio ampliamente al ver que me da una oportunidad y me inclino hacia él.

–Si hay algo que haga y no te guste, me lo dices y lo dejamos a la manera tradicional –digo antes de darle otro beso. Me separo un poco de él y le retiro los pantalones dejándole en ropa interior. Ya no me sorprende verle con unas braguitas de encaje en lugar de unos calzoncillos. 

–Oli... No me gusta esto –dice de pronto. Me quedo tenso y le miro, viendo que tiene el ceño fruncido – estas vestido. Te quiero desnudo. –No puedo evitar dibujar una sonrisa en mi cara al escucharle y me quito la camiseta. Me desabrocho un poco  el pantalón dejando que mi miembro sobresalga un poco bajo la ropa interior y alzo las cejas. –¿Ahora mejor?

–No –dice aún con el ceño fruncido. Se separa un poco de mi y me baja los pantalones. Me rio un poco y le aprieto el miembro lo suficiente como para que él tenga que morderse el labio –Quiero ver más.

–Ah, espera, no seas impaciente –digo riéndome mientras le dejo que me quite los pantalones. Me los termino de quitar yo mismo y los tiro hacia un lado dejandome solo en calzoncillos. Ambos en ropa interior. –¿Así?–digo levantando una mano y pellizcándole uno de los pezones, ya con el efecto calor, seguramente, más marcado que antes. –¿Tienes más quejas, o puedo ponerme ya a “trabajar”? –alado mientras me inclino hacia él. No escucho respuesta ni pienso esperarla pues llego a la altura de su miembro bajo las braguitas de encaje y le muerdo la punta un poco más fuerte de lo que debería, esperando su reacción. Y gratamente fue la que me esperaba. Soltó un gemido en cuanto mis dientes apretaron la punta de su miembro y eso me hizo formar una sonrisa en el rostro. Le miro desde abajo y levanto un poco sus braguitas para dejar que su miembro salga y suelto la goma y esta hace un pequeño chasquido al encontrarse con la piel de mi marido. Me muerdo un poco el labio al escucharle gemir y le masajeo la zona que está únicamente cubierta por la tela antes de mirar un poco a mi alrededor y buscar los “ingredientes” clave.

Me separo ligeramente de Noah y este me mira alejarme un momento. Cojo una de las velas y compruebo que parte de la vela está en el interior de esta, derretida. Miro a Noah me acerco a él. Ladeo un poco la cabeza con una pequeña sonrisa y dejo caer una gota de cera caliente al lado de su pezón izquierdo. Su cuerpo se estremece un poco ante el calor abrasador de la cera y sonrío un poco. Dejo caer otra gota al lado de su pezón derecho y así sucesivamente hasta que decido dejar caer ya todo lo que queda rodeando el miembro de Noah. No puedo evitar mirarle y excitarme más aún cuando le veo de aquella manera: mordiéndose el labio, mirándome y agarrando las sábanas con fuerza. No puedo evitarlo y pruebo. Dejo caer lo que queda en la cera a lo largo del miembro de Noah. Noto un rápido movimiento de Noah, quien se incorpora durante un instante y me agarra uno de los hombros. Tira ligeramente de mi hacia él y clava sus dientes en mi hombro, comenzando a gemir. Alargo una mano y toco la cera endurecida pero todavía algo caliente. Acaricio levemente la que se encuentra en su miembro y subo por su vientre, siguiendo con los dedos la que hace la forma de su miembro. Subo a su pezón derecho y tiro de la gota de cera, arrancándosela de la piel. Suelta mi hombro de pronto y se tapa la boca con ambas manos para contener un grito. Deja su frente apoyada en el hombro que antes mordía y empieza a mover sus caderas. Arranco las demás gotas que dejé caer en su cuerpo y los gritos van uno detrás de otro, mientras sus caderas se mueven cada vez más rápido. Arranco el trozo de cera que hace la forma de su miembro de tres tirones y sus piernas me rodean con fuerza la cintura, instándome a que fuera más allá de una vez. Pero todavía no había acabado lo que tenía que hacer. Le agarro de la nuca y pego más sus rostro a mi hombro, tirando a mi vez del trozo de cera que queda sobre su miembro. Grita más que antes, lo noto, se le escucha más, pero no dejo que salga de las cuatro paredes que nos rodean. Su miembro palpita y noto como su espalda se arquea durante unos breves instantes. Sabía que le encantaría esto. Aunque no sabía que encanto tiene el sentir dolor. Pero para gustos los colores.

Le empujo hacia la cama de nuevo, limpiándole con una mano el líquido blanco que mostraba que le había llevado al orgasmo el sentir todo eso y le dejo tumbado un momento. Busco en el cajón de su mesilla hasta encontrar su vibrador y lo enciendo. Le miro y le obligo a que abra las piernas antes de apoyar el vibrador en su miembro y presionarle. Sus piernas tiemblan durante breves instantes antes de separarlo de él y escuchar como soltaba un pequeño quejido. No puedo evitar sonreir divertido al escucharlo y vuelvo a repetirlo, esta vez dejándolo un pelín más de rato, repitiendo como anteriormente: separándolo. Cojo un pequeño cordel que hay por ahí tirado y ato el vibrador al miembro de Noah. Al principio lo dejo apagado mientras dejo als velas de antes donde deberían y busco otras para dejar que se funda un poco más y tenerlas a mano para la próxima sesión de cera caliente.

Enciendo el vibrador y lo dejo en la mayor suavidad posible. De su garganta sale un gemido que esconde mordiéndose el labio con fuerza. Pero eso no lo oculta del todo. Al siguiente gemido que parece estar a punto de soltar, me agacho y le beso con ganas antes de que se escape y despertemos a Armin, el cual seguía placidamente dormido aún. Sonrio con ganas y pego su trasero a mi cadera mientras que poco a poco subo la intensidad del vibrador a nivel medio. Su espalda se arquea de nuevo de placer mientras que sus rodilla se tensan un poco. Sonrío más y aprieto su miembro con la mano mientras el vibrador lo mueve un poco. Me veo tentado a preguntarle si le gusta, pero puedo ver que si. Le acaricio un poco y cambio sin previo aviso a la velocidad alta. Las piernas de Noah se estira, pero no le dejo a que cumpla mucho más síntomas de que está llegando al orgasmo de nuevo. Le obligo a ponerse a cuatro patas y agarro su miembro con una mano tras de él. Con mi otra mano, separo sus nalgas y acaricio si entrada con la punta de los dedos. Noah se estremece entre mis dedos cada vez que hago un nuevo movimiento. Aprieto su miembro entre mis dedos, estándo completamente rodeado por mi y el vibrador, y presiono el vibrador contra Noah. Sonrío más y empiezo a masturbarle. Noto como su miembro palpita y, a pesar de haber terminado hace poco, su cuerpo sucumbe al placer del orgasmo. Pero a pesar de que Noah se encontraría en un estado de cansancio, no me detuve. Acerqué mis labios a su trasero y lamí su entrada antes de morder una de sus nalgas. La sorpresa no pudo ser mayor. Lamo de nuevo su entrada y presiono con los labios antes de presionar levemente con la lengua. Aprieto de nuevo con la lengua y presiono con la mano la punta de su miembro. Antes de dejar que se acostumbre  le guste esto, decido levantarle en brazos.


Pego su espalda a la pared mientras dejo sus rodillas sobre mis hombros. Le miro a los ojos y veo su mirada vidriosa antes de levantarle y dejar que su cadera quede a la altura de mi cabeza. Con ayuda de una de las manos que lo levantan, presiono su cadera contra la pared y miro a Noah un momento desde abajo antes de acercarme y meterme la punta de su miembro en mi boca. No contento con eso, decido dejar el vibrador puesto y con una mano masajear la parte de su miembro que no puedo meter en mi boca. Le lamo de arriba a abajo y dentro de mi boca juego con su punta hasta que la muerdo con fuerza. De su cuerpo sale de nuevo una corrida, menor que las anteriores, mientras sus manos unidas se enredan en mi pelo con fuerza. Agarro su cadera y suelto su miembro. Eso había sido más rápido de lo que esperaba. Levanto ambas manos y bajo su cintura, dejando aún sus rodillas sombre mis hombros y presiono su cadera sobre mi miembro.

–¿Lo quieres? –pregunto mientras muevo mi cadera contra su trasero, dejando patente que le penetraría ya mismo y de golpe. El asiente con la cabeza mientras un pequeño hilo de saliva escurre por la comisura de su labio. Con una mano y dificultosamente me bajo el calzoncillo y dejo que mi miembro se libere de la presión de la tela. Dejo que mi miembro acaricie la entrada de Noah y sonrío. Con ayuda de mi mano, coloco mi miembro en su entrada. Noto como me palpita mi propio miembro, deseando entrar de una buena vez en Noah y de una embestida entro en él. No empiezo a moverme inmediatamente, sino que dejo que la desesperación de Noah empiece a crecer. De golpe, muevo mi cadera de nuevo y le penetro una segunda vez,, rápido y duro. Gime y, para acallarse, se ve obligado a taparse con las manos. Apoyo su espalda en la pared y una mano al lado de su cara y de nuevo le embisto con todas mis fuerzas. De su garganta vuelve a salir un gemido, ahogado por sus propias manos. Empiezo a embestirle con toda la fuerza de mi cadera y su espalda golpea de vez en cuando la pared. Las manos de Noah no dan a vasto que, además de taparse la boca, empiezan a cerrarse y casi arañarse mientras también se muerde el labio.  Me paro antes de que llegue el al orgasmo y salgo de él. Le ayudo a bajar y antes de que haga preguntas, le cojo de las muñecas y l epego a la pared de espaldas a mi.

Entro en él de un solo golpe, agarrando su cadera para ayudarme a entrar. Suelto las muñecas de Noah y este se ve obligado a mordérselas. Sus ojos sin vidriosos mientras le penetro. De sus labios sale otro pequeño hilo de saliva y su miembro rezumaba líquido preseminal que, sin control, parecía mostrar que Noah estaba disfrutando esto más de lo que yo pensaba. Y a quien engañar, yo empezaba a disfrutarlo con él.

Muevo mi cadera con una fuerza que ni yo conozco y presiono con una mano su miembro. Aprieto la punta de su miembro con fuerza y noto como siente ganas de volver a correrse, pero de nuevo, le corto antes de conseguirlo. Jadeo sobre su cuello mientras me mantengo quieto y le muerdo innumerables veces en esa zona. Salgo de él y le obligo a tumbarse bocarriba en la cama. Me siento entre sus piernas y le quito el vibrador del  miembro y lo tiro por ahí. Le hago que se ponga a cuatro patas y se quede de espaldas a mi y cuando lo hace, cojo la vela que previamente había escogido. Le penetro con fuerza a la par que le echo cera en la espalda. Su gemido había sido alto, pues a pesar de estar ahogado contra la sábana, todavía se le escuchaba un poco. Sonrío un poco más y empiezo a embestirle con fuerza a la par que dejo que cera caliente caiga sobre su espalda. Busco su próstata y la golpeo con fuerza, prácticamente aplastándola cada vez que entro y Noah grita sobre la almohada. No sé cuantas veces lo había echo, pero del miembro de Noah empieza a salir disparado el líquido blanco que indíca que ha llegado al orgasmo. Su interior está ahora más estrecho, lo que me arranca a mi un gemido, pero no me echo atrás. Con la misma fuerza que antes sigo penetrándolo, solo que dejándo la vela a un lado. Le pongo bocarriba y le obligo a morder una especue de mordaza que tenía guardada. Echo cera en su miembro mientras le penetro de golpe y llevo a Noah al que quizás podría ser el orgasmo más largo que haya tenido nunca. Suelto la vela en la mesilla y agarro su cadera con ambas manos para penetrarle todo lo que puedo y busco la fusta de antes. Con ella le golpeo los brazos y, aunque eso ya no me gusta, también le golpeo los pezones. La misma mordaza tapa sus gemidos y alaridos mientras que su miembro deja salir lo que sería la ultima parte de su orgasmo, a no ser que yo hiciera algo más. No puedo resistir verle así por mucho rato y mi cuerpo llega al orgasmo con él. Siento como mi espalda se arquea mientras le embisto rápidamente y poco a poco le lleno. No sabía que había sido o por qué, pero mi cuerpo le llenó todavía más de lo que acostumbraba. Lo supe cuando salí de él, que salió un poco de mi “orgasmo” de su cuerpo.

Me tumbo sobre él, jadeando y le desato las manos y le quito la mordaza. Le beso con ganas cuando no hay nada entre nosotros y, cuando nuestros labios se separan, apoyo mi frente en su hombro, buscando aire aún. Estaba cansado. Acaricio con suavidad las caderas de Noah y le miro antes de girarme y tumbarle encima de mi.

–¿Te ha gustado? –pregunto mientras le beso por el cuello. Alzo un poco las manos y cierro los ojos, besándole también en la mejilla y de nuevo en los labios. Con mirarle puedo adivinar la respuesta, pero quiero escucharle a él.

–Ah... Ha estado bien .. –dice con una risa– aunque sigue en tu línea–añade mientras me muerde el cuello– no es todo lo... BDSM que podría ser, pero –suelta un pequeño suspiro– me ha gustado –finaliza mientras me acaricia el pecho– tendrás que practicar más, cariño. 

–¿Solo? ¿Con todas las veces que has terminado? –me froto la cara–y para eso me tuve que tragar tantos videos de esos.... arg... Bueno.... –digo mientras le acaricio la espalda –al menos te ha gustado... y eso es lo que cuenta –digo con una pequeña sonrisa. Al menos había probado algo “nuevo”, por así decirlo. Pero ¿que coño? Me desilusionaba bastante no haber estado a la altura para que mi marido dijera que ha estado MUY bien. No llego a ese nivel ni esforzandome. No puedo evitarlo y suelto un pequeño suspiro mientras acaricio la cabecita de Noah.

–Hey, no me malinterpretes –escucho de pronto a Noah. Veo que se intenta sentar pero desuste y se queda tumbado. Supongo que le dolería... –El sexo ha sido increíble, impresionante. ¡Fabuloso! No sé ni cuanto me he corrido... creo que has agotado mis reservas –dice soltando una risa –la parte del bondage y el sadomasoquismo hay que trabajarla –añade mientras me acaricia la mejilla con suavidad. Me mira con una pequeña sonrisa en la cara y me muerde la barbilla con diversión –Te quiero~ –y eso, me dibuja una sonrisa en el rostro. Le miro y le beso con cariño mientras dejo mis manos en sus lumbares.

–Yo te quiero muchísimo Noah –digo mientras le beso y le acaricio el pelo. Sonrio y le miro –y haré cualquier cosa por ti –digo, de nuevo, besándole.

–Pues hoy cambias tu los pañales a Armin –dice mientras me besa.

–Vale, cariño –digo con una risa antes de besarle de nuevo y abrazarle. –Feliz aniversario, Noah.

–Feliz aniversario, Oli.

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Feliz Noliversario!!! >w< Es el aniversario de Noah, el mejor amigo de Matty, y su maridito Oli! ¿y que mejor manera de celebrarlo que así? xD -soy una pervertida de mierda- Espero que lo disfruteis, por que la verdad es que ahora no tengo muchas ganas de enrollarme.

Especiales agradecimientos a Momo-chin >w< que con ella se ha creado esta fecha especial para Noah y Oli! x3

2 comentarios:

  1. Te he nominado al Best Blog: http://luzyzombra.blogspot.com.es/2014/12/premio-best-blog.html

    ¡Un besazo!

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  2. La tortura es leer semejante gilipollez.

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