19 ene 2014

[MattxSnell]Meer dan vrienden

Notas:
-Ante todo, este relato es original y ha salido de mi enferma mente en un momento de aburrimiento que no me lo creía ni yo, así que cualquier cosa que suceda, o deje de suceder, los personajes, y todo contenido de esta cosa extraña y amorfa historia pertenecen enteramente a mi persona. He dicho.
El narrador de esta historia es Snell, mejor amigo de Matt.
Relato [+18] y completamente atemporal
Disfrutad :3
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Maldición. Joder, maldición, maldición y maldición. Se veía que hoy no era mi día.

Suspiré mientras me tumbaba en el banco del parque. Esta mañana había vuelto a discutir con Oliver. Ya era la quinta vez... o la sexta, en este mes. ¿Es que no se daba cuenta de que si está estresado yo no tengo la culpa? ¿Que le he echo? ¿Es que acaso soy su puta bola para quitarse el estrés? Ni de coña me iba a dejar mangonear así. ¿Que se creía?



Bueno, quizás me estaba pasando un poco. Solo nos habíamos gritado un poco, tampoco es que nos hubieramos pegado hasta matarnos. Pero nos habíamos enfadado bastante esta vez. Lo suficiente como para que él se quedara en casa y yo estuviera aquí, en la calle, esperando que no lloviera, tumbado en un banco, el cual sería, seguramente, mi cama esta noche. La verdad es que soy algo patetico en este momento, aunque generalmente no soy tan sumamente patético. Y ahora estando solo.... es cuando pienso. ¿De verdad Oliver es mi pareja ideal? Llevaba con él bastantes años ya. No me cansaba de él, de verdad le amaba. Pero en estos momentos solo era capaz de pensar que quizás mi primer amor tendría que haber sido el único.

Quizás sonaba un poco ñoño, o gay, o como cualquiera quisiera catalogarlo, pero a veces pensaba que eso era cierto. Había estado enamorado de mi mejor amigo desde que cumplí los once años y quizás esa chispa no se había apagado aún. ¿Que hubiera pasado si él y yo hubiéramos salido?

De nuevo, una chispa iluminó mi corazón. ¿Cabría la esperanza de intentarlo? Me senté de golpe en el banco mientras miraba un poco a la nada, sorprendiéndome a mi mismo del rumbo de mis pensamientos. ¿Estaba pensando, de verdad, intentarlo con mi mejor amigo? Me mordí un poco el labio y luego pasé mis dedos por ellos, pensativo. No despegué mis ojos del suelo en ningún momento y sonreí un poco mientras mis pensamientos iban por un rumbo totalmente agradable, totalmente de mi gusto, volviendo a esos días en los que Matt era solo un chico inocente que se dejaba influenciar demasiado. Sonreí de medio lado al recordarlo, al recordar como hablaba con convencimiento que no tenía, como echaba las agallas que le faltaban a pesar de ser un canijo. Después, recordé a Matt cuando por fín se convirtió en adulto; cuando sonrió de aquella manera tan dulce al reencontrarnos cuando vivíamos en España. Esos ojos llorosos cuando vió caer a Lorcan...

Oh... cierto. Ahí estaba el impedimento. Lorcan. Él ahora volvía a estar presente en la vida de Matt como si nada hubiera pasado. Como si esa desaparición de un año completo no hubiera sucedido. ¿Cuantas cosas podrían haber pasado en ese año, en el tiempo que quedaron separados? Y pensar que Matt había querido ser fiel a si mismo y a Lorcan. Me cabreaba. Esa habría sido mi gran oportunidad. Quizás aún me arrepentía de no haberle conseguido por aquel entonces. Ahora en mi cuerpo solo cabía la duda de qué hubiera podido pasar si hubiera tenido el valor de romper la barrera entre el amor y la amistad. Y no estaría aquí preguntandome que habría sido, sino que seguramente estaría al lado de Matt... Sonreí un poco y me levanté mientras caminaba lentamente hacia las afueras. Por probar no se perdía nada ¿no?


Así pues, caminaba ahora por las calles, viendo como poco a poco la temprana noche invernal se cernía sobre la ciudad de Lyon, a la par que yo me alejaba de su centro. Miraba al suelo y de vez en cuando a las personas que pasaban cerca de mi. Sin duda alguna, me sentía como si fuera un delincuente. ¿Pero es que no iba a ir ahora mismo a perturbar la paz de un matrimonio feliz y bien avenido? Cuando estaba en la puerta de la casa de mi amigo, me mordí el labio, ya sienod incapaz de saber que hacer. Respiré hondo un par de veces antes de apretar el timbre de la puerta. El silencio se hizo una vez solté el botón y miré hacia atrás viendome tentado a salir corriendo sin que Matt se diera cuenta, como si hubiera sido una broma pesada de un niño vecino, o de cualquiera. No tener que enfrentarme a la cara de Lorcan, o a una situación romántica entre ellos no hubiera estado nada mal, la verdad. Es más, de verdad estaba por irme, así que dí un paso hacia atrás. Cuando me fui a girar, la puerta se estaba abriendo. Mierda, demasiado tarde.

Miré al frente y agaché un poco el rostro hasta encontrarme con la carita llorosa de Matt. Parpadeé un poco al verle de esas guisas, deprimido y con chorretones de lágrimas en las mejillas y me agaché un poco hasta su altura. Le cogí del rostro y le obligué a mirarle, como siempre hacía, y de pronto sus lagrimas comenzaron a brotar más rápidamente, su voz empezó a entrecortarse, y surgió algo de sus labios que no quería que surgiera. Lorcan.

Me auto invité a pasar y abracé a mi amigo al escucharle llorar. Al parecer, su marido, tras enterarse que sus dos hijos estaban saliendo juntos, y tras discutir con Matt, había desaparecido. Y por la reacción que había tenido Matt, no había sido poco tiempo. Me senté en el sillón y le abracé con cariño, acariciándole un brazo e intentando tranquilizarle como buenamente podía. Noté como sus hombros temblaban a medida que seguía llorando y suspiré al ver que no conseguía tranquilizarle con mimos. Por lo tanto, me quedé parado , mirándole y esperando a que ese llanto cesara.

Así, pasó una hora y si había llegado a las siete, ahora eran las ocho. Matt estaba más tranquilo, incluso algo adormilado, pero al menos ya no lloraba.

— ¿Estas mejor? —pregunté mientras acariciaba el cabello de mi amigo.

—Un poco —le escuché responder con voz ronca y algo cansada. Matt era pequeñito, tanto que cabía entre mis brazos, totalmente. Sonreí al darme cuenta y apoyé mi cabeza sobre la suya, acariciándole el cuello.

—Me alegro —dije mientras me reía un poco —te queda mejor la sonrisa en lugar de esa carita tan triste, Matt —añadí mientras le miraba desde mi posición. Le noté removerse un poco incómodo y darme un leve codazo diciendome que me callara. Y pensar que a pesar de ser tan pequeñito tiene ese temperamento. Y lo que más me gusta, es que solo se muestra así cuando está conmigo. Pero, ¿era este su yo natural? —Matt... ¿recuerdas cuando eramos niños?

—Si, lo recuerdo —añadió mientras miraba un poco hacia arriba, haciendo que mi posición se deshiciera para mirarle. Sonreí al verle poner esa carita de duda tan mona en él y me mordí el labio. ¿Como no iba a gustarme este sujeto de orejas de gato?

—Ultimamente no paro de preguntarme que hubiera pasado si hubieramos decidido salir juntos —añadí como si nada mientras me tumbaba en el sofá, soltándole.

—Supongo que es algo que se quedará en el pasado —escuché la risa de Matt. Le miré desde mi posición y sonreí un poco antes de cogerle del brazo y tirar de él hacia mi, tumbandole. La mirada de Matt se volvió un poco asustadiza mientras que la mia, reflejada en sus ojos, mostraba decisión.

—¿Que tal si probramos que se podría haber sentido? —dije mientras mis ojos quedaban fijos en los suyos. El pareció dudar, pero en mis labios se asomó una sonrisa —Matt, tu marido está fuera. A saber la de cosas que estará haciendo...

—No hace nada —dijo totalmente serio. —Confío en él y sé que no hace nada.

—También dijiste eso cuando desapareció un año....

—Y tuve razón. El no hizo nada de eso... él....

—Vamos, por favor. ¿Quieres que me trague que un hombre lobo con problemas de erección las semanas de luna llena, te fue totalmente fiel, todas las semanas de luna llena de tooooodo el año? Despierta Matt —dije serio mientras le miraba serio. El se sentó agachando la mirada y esas orejas de gato que le hacía parecer tan jodidamente mono y me senté con él. Le acaricié una mejilla mientras torcía el rostro —cualquier cosa puede haber pasado durante ese tiempo...

—Pero.. no. Me niego a creerlo. Es imposible —dijo—si de verdad hubiera echo eso... ¿como podría seguir tan normal? —dijo mientras me miraba preocupado. Suspiré y revolví un poco su cabello.

—Matt... ahora, según has dicho, se ha ido tras tener una disputa contigo y no ha dado señales de vida. ¿Crees que estará perdiendo el tiempo? Por favor, la semana pasada fue luna llena. ¿De verdad piensas que ha podido aguantar? —sabía que estaba sonando duro, que estaba siendo demasiado cruel con Matt. Suspiré al ver la cara que ponía, de desesperación por creer en su marido y suspiré —Matt... sabes que me gusta experimentar —dije intentando cambiar de tema. Le vi mirarme con esa carita confundida de antes y le acaricié la mejilla. —Quiero probar una cosa. Quiero ver que hubiera pasado si hubieramos salido juntos —de pronto, su rostro mostró sorpresa, y a la vez curiosidad. Sonreí. Sabía que él me había correspondido en el pasado como yo le habría correspondido a él. —Es solo una prueba y si no funciona, haremos como que nada ha pasado.

—Yo... yo no podría hacer como si nada hubiera pasado, Snell —me dijo preocupado —No me lo perdonaría, no sé si pudiera ver a Lorcan a la cara o... o ... o a mis hijos o...

—Shhh, calla Matt —añadí con una sonrisa, tapandole los labios —si pasa algo malo, estaré aquí para echarte una mano.

*
Había conseguido convencer a Matt, y ahora estabamos en su habitación. El se encontraba quieto en una esquina de la cama, mientras que yo andaba a mis anchas por la hbaitación. Vi su cabecita cabizbaja y cualquiera que le viera pensaría que esto era algo más impuesto que por su propia voluntad. Pero él y yo sabíamos que era por su propia voluntad. Él quería saber, tanto como yo, que hubiera sucedido si hubieramos salido juntos en lugar de habernos quedado como amigos. ¿Hubieramos podido sernos fieles? ¿Nos hubieramos correspondido eternamente? ¿Que habría sucedido?

Me senté al lado de Matt  notando como este se tensaba ante mi cercanía y sonreí divertido. Pasé una mano por sus hombros y luego por su cuello, notando como su piel se erizaba y como su espalda se movía en un escalofrío. Acerqué mis labios a su cuello y rocé suavemente su piel, notando como su cuerpo se tensaba más de lo que estaba. No pude evitar reirme divertido al notar todas las reacciones que hacía Matt y cuando le miré pude verle con los ojos completamente cerrados, como si cerrar los ojos fuera a significar algo.

—Matt, relajate —dije mientras tiraba de él hacia mi y le abrazaba, acariciandole el pecho lentamente. Su respiración era entrecortada, no parecía muy seguro —recuerda que es solo un experimento, no estamos haciendo daño a nadie —y tras decir eso, su mirada se posó en mi de nuevo. Sus ojos achocolatados me miraron directamente para luego ponerse de rodillas y quedarse frente a mi. Pude leer la duda en su mirada, el miedo a que algo pasara mal. Pero le cogí de la mano y le sonreí diciendole que no pasaba nada. Si le convencía a él mismo de que esto no era malo, que era solo un experimento y no nada serio, se relajaría.

Y para mi sorpresa, así fue. Al cabo de un rato intentando tranquilizarle, le empecé a notar un poco más dispuesto. Supuse que por su cabecita se pasarían pensamientos de "solo estoy experimentando, no estoy haciendo nada malo" cosa que le haría más adorable. Me mordí el labio y cuando le miré en los ojos, a pesar se seguir viendo el miedo, ya no ví la duda. Sonreí y le quité la camiseta descubriendo su delgado cuerpo debajo de mis manos, las cuales acariciaban todo trozo de carne que vieran a su paso, sin dejar un hueco por tocar, buscando las claras y vivas reacciones que tenía Matt ante mis manos. 

Ya eran las nueve y mi lengua viajaba por su pecho, mordiendo uno de sus pezones, escuchando como de su garganta se asomaba un leve sonido, que adiviné como un gemido. Estaba tentado a reirme al escuchar todas las reacciones de Matt, pero a la par me resultaban realmente... calientes. Por que no le estaba escuchando suspirar por Lorcan, o por cualquier calenturriento que le tocara. No. Le estaba escuchando suspirar y "gemir" por mi causa. Por que yo lo estaba provocando. Y eso era... jodidamente sexy, para que negarlo.

Bajé mis manos a sus caderas mientras seguía entreteniendome en sus rosados pezones, divirtiendome con esas reacciones que durante años había decidido perderme para ahora recuperarlas. Sonrei divertido mientras mis manos se colaban bajo el elástico de sus pantalones, separando estos de su piel y dejandome espacio para poder maniobrar a pleno gusto. Miré desde abajo a Matt mientras este estaba sonrojado y con el rostro trapado. Durante un instante lo primero que se me pasó por la mente fue besarle. Besarle como esperaba que nunca lo hubiera echo Lorcan, morderle sus rojizos labios mientras me dedicaba a masturbar su miembro hasta que lo tuviera erecto, dejar que ahogase sus suspiros y gemidos en mis labios mientras yo lo hacía. Pero me controlé. Dejé mi mano sombre su miembro, comenzando a acariciarlo mientras simplemente le miraba, miraba sus reacciones. Y era adorable. Matt era demasiado adorable. Su rostro estaba casi siempre tapado por sus manos, sus ojos estaban cerrados mientras mi mano apretaba lijeramente su falo de vez en cuando, arrancandole jadeos indeterminados, gemidos sin nombre.

Pero eso no era suficiente. Ahora ya no.

Mi segunda mano viajaba por su trasero, apretando una de sus nalgas bajo los pantalones antes de buscar poco a poco su entrada, con destreza. Cuando la encontré, me dediqué a acariciarla lentamente, suavemente, como si no quisiera hacerlo, como si fuera algo que se encontraba de paso hacia mi verdadero objetivo. Y acariciarlo la verdad es que estaba bastante lejos de mi objetivo. Mientras él se dedicaba a esconder más todavía su rostro, yo me dediqué a presionar levemente su entrada hasta introducir la punta de mi dedo corazón. Me mordí el labio al notar como su cuerpo reaccionaba ante mi entrada y seguí metiendo ese dedo lenta y pausadamente hasta que estuvo completamente dentro. Lo doblé un poco y a sabiendas de ese punto G masculino, comencé a buscarlo en su interior, arrancandole gemidos y consiguiendo que me agarrara por los hombros. Cuando veía que no lo encontraba, le penetré con un segundo dedo, notando como bajo la mano que se encontraba sobre su entre pierna, comenzaba a crecer algo. Eso, la verdad, es que hacía que la situación comenzase a gustarme más. Así pues, dejé que mis dedos jugaran en su interior mientras que empezaba a centrarme en aquello que tenía que preparar por delante. Miré a Matt, el cual aguantaba con los ojos muy cerrados y paré un momento hasta que los abrió de nuevo. Sonreí con diversión antes de meterle ambos dedos a la par, jugando de nuevo con él y viendo por primera vez en este rato, como el rostro de Matt se convertía en pleno placer, como sus ojos se cerraban y su boca se abría para dejar sonar un gemido apenas audible, como su cabeza se echaba lijeramente hacia atrás y como intentaba ahogar esos gemidos que no quería soltar en alto.

Suspiré al verle así. Era demasiado sexy, demasiado caliente. Demasiado pornoso. Ahora entendía por que Lorcan no le quería dejar escapar. Sus reacciones en la cama eran demasiado como para dejar que otro le viera. Y ahora Lorcan se debería aguantar, por que ahora era yo el que veía esas reacciones y no él. Mordí uno de los pezones de Matt mientras metía mis dedos en lo más hondo que podía, consiguiendo una reacción que jamás me habría imaginado, viendo y notando como su espalda empezaba a arquearse lentamente y como poco a poco se echaba hacia atrás, quedando tumbado sobre la cama. Le retiré los pantalones de ese pijama que, ahora mismo, sobraban, a la vez que los calzoncillos, y le pude ver copletamente desnudo ante mi, con su miembro erecto apoyado en su vientre y su carita sonrojada. Por un momento me olvidé de Oliver, por un momento ví en su mirada como se olvidaba de Lorcan, y, cuando me agaché para abrazarle, noté como sus brazos me rodeaban y no pude evitar besarle. Y ser completamente correspondido al beso.

Retiré mi camiseta y mi chaqueta antes de rodear la cintura de Matt con los brazos y pegarle completamente a mi, piel con piel, notando el calor que emanaba mezclandose con el calir de mi piel. ¿Como me podía haber perdido esto antes? Cerré los ojos mientras notaba como sus manos se habían dirigido hacia mis pantalones, como su mano acariciaba mi entrepierna mientras que la otra intentaba desabrochar el pantalon. Paré sus manos mientras me desabrochaba el pantalón y lo baje un poco dejando a la luz los calzoncillos con ahora un gran bulto debajo de ellos. Matt me miró. La vergüenza se había ido. Ahora, esto era lo más natural del mundo. Por que lo era.

Me quité los pantalones de una patada y me tumbé sobre Matt, dejando mi bulto sobre su entrepierna mientras que me dedicaba a besarle una y otra y otra vez, notando los suspiros de Matt contra mis labios cuando decidía moverme ligeramente y mi miembro bajo los calzoncillos y el suyo se rozaban. Oh, maravillosa sensación. Pero la ropa estorbaba, demasiado. Me quité la poca ropa que quedaba y tomé en mi mano el falo de Matt junto al mío, comenzando a mover esta en un vaivén espléndido. Era completamente impresionante lo que estaba consiguiendo. Mi mano se movía rápido, los gemidos de Matt inundaban la habitación, mis jadeos lo acompañaban. Era una armoniosa melodía creada por nosotros y que quería que fuera eterna ahora mismo.

Mientras seguía masturbandole a él, decidí dar un paso un poco más adelante, y me escabullí de mi propia mano, colocándome entre sus piernas. El parecía estar realmente centrado en lo que le hacía con la mano, pues apenas abrió los ojos para mirarme y, aunque me lo hubiera pedido, no hubiera parado. Entré en él de una estocada, yendo a lo más hondo de su cuerpo y quedándome allí. De esa misma estocada, la espalda de Matt se arqueó y de su garganta salió un gemido que no podría haber imaginado escuchar. Cerré los ojos y empecé a mover mi cintura, a moverme dentro de él. SUs expresiones, su todo, era algo que realmente me estaba empezando a apasionar. Pero no era eso lo que más me estaba gustando, sino, todo los sonidos que salían de su garganta, esos sonidos que ahora se mezclaban con los mios. Gemí mientras el gemía, notando su estrechez a medida que mis embestidas iban siendo cada vez más fuertes. ¿Esto estaba bien? ¿Sentirse tan sumamente bien de verdad estaba mal?

Eché la cabeza hacia atrás mientras mis manos apretaban un poco más su cadera con firmeza. Noté su espalda arquearse y abrí los ojos solo y unicamente para mirarle, para ver que pasaba. Al momento de abrirlos, ví esa sensación de placer inundar el cuerpo de Matt. Ví como el orgasmo le llegaba y como su rostro se sonrojaba, como sus labios se abrian gimiendo más alto y como su cuerpo era salpicado. No pude evitarlo y mientras él se corría, yo me corrí en él. Me tumbé sobre su cuerpo, abrazándole mientras llenaba su cuerpo con mi semen. Jadeé en su cuello mientras notaba como sus manos me rodeaban temblorosas y su pecho subía y bajaba rápidamente. Suspiré su nombre mientras le escuchaba suspirar el mio y le abracé más fuerte.

Seguiramente me dí cuenta de lo que había pasado.

Me tensé y le miré pálido al recapacitar en lo que había dicho y en lo que él habia dicho.

—Oliver...—repitió mis palabras mientras su mueca se tornaba triste.

—Lorcan... —repetí las suyas mientras me separaba por completo de él y me echaba el pelo hacia atrás. Miré hacia un lado, un poco incómodo. ¿Que habíamos echo? Por un momento todo era perfecto, por un instante parecía que no pasaría nada, que esto era lo que más queríamos. Pero... —Nuestro subconsciente no puede evadir la realidad como había previsto —dije mientras notaba como mis hombros pesaban ante la caída de la dura y fría realidad. Le miré y me rasqué la nuca —el experimento...

—No ha salido como pensabas —dijo Matt mientras se sentaba. Miraba hacia otro lado, sus ojos mostraban arrepentimiento y sus manos temblaban. Estaba nervioso. Sabía que Matt tendría miedo. Le miré y le dí la mano.

—No. Pero me he dado cuenta de una cosa... y creo que tu tambien —dije mientras le miraba.

—Que en el pasado hubiera podido pasar otra cosa... pero ahora...

—Ahora nuestros sentimientos no son como antes. 

—No nos correspondemos —dijimos a la par mientras mirabamos cada uno a un lado. SUspiré mientras le revolvía el pelo y luego le abracé.

—Siento haberte convencido para esto, Matt. Quizás ha sido una locura.

—¿Te arrepientes? —preguntó. Le miré serio y suspiré.

—Ahora mismo... si. ¿Y tu?

—....Si —dijo mientras miraba hacia un lado. Esbocé una sonrisa a pesar de sentirme tan mal conmigo mismo y le revolví el pelo.

—Matt, esto quedará entre nosotros. Pero si tienes algún problema, solo dimelo. Te apoyaré. AL fin y al cabo, no ha sido solo culpa tuya. Se que te serádificil. Pero recuerda, solo ha sido un experimento, no era nada malo.

—Solo... solo era un experimento —repitió mientras miraba a la cama y se tapaba con las sábanas. —No era nada malo —añadió, convencido de mis palabras de antes, pero todavía con semblante serio. Le dí la mano sin mirarle.

"Algo más que amigos", ya era algo totalmente imposible entre nosotros.

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Notas:
A ver, no me maten D: Después de más de un año, casi dos, relatando todo desde la posición de un uke (atacado, pasivo, que recibe) la verdad es que ahora, haber publicado esto, desde el punto de vista de un seme (atacante, activo, que da) ha sido como "Woha, de verdad me atrevo a esto? O.o" Me ha costado mil milenios hacer la parte de Sexo de este relato y me da la sensación de que ha quedado un poco pobre. Pero es el primero después de mucho tiempo DDD: Algún día me atreveré a subir otro desde el punto de vista de un activo, pero por ahora, volveré a los pasivos, que se me dan mejor xD.

1 comentario:

  1. Penosos los dos. Dan asco. Que mierda de personajes.

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