11 sept 2014

Deux côtes opposúx [Parte 2]

Contenido +18 ChicoxChico.
Protagonista: Matthew Daniels (Oc) Con el nombre de Miette.
Esto es un relato de varios capítulos de ficción basado en una guerra, en un universo totalmente inventado. Los personajes y lo que sale en este relato es todo ficticio cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. De igual modo, el contenido de este relato puede resultar sensible por su contenido ideológico. Si no te gusta el género chicoxchico, o el echo de que esté ambientado en una guerra, así como posibles escenas pornográficas y/o grotescaste invito a no leer esto. Gracias por la atención.

Puse el descargo de responsabilidades por si acaso. No vaya a ser....

-->Capítulo 1<--
--------------------------------------------------------------------------------------------------

2


Mi respiración seguía acelerada mientras movía levemente mis manos con la suficiente fuerza como para hacerme daño en las muñecas, pero lo suficientemente flojo como para que mis muñecas se movieran pero no se soltaran de su amarre. El palo, mástil, o lo que fuera a lo que me hubieran atado, se clavaba entre mis omóplatos, en mi columna, irguiéndola, manteniendola recta a pesar del profundo dolor que tenía en mis caderas, el cual, me obligaba a encorvarme un poco. Mis comisuras, echadas hacia atrás a la fuerza, en esa mordaza ya dolorosa que habían vuelto a poner sobre mis labios después de aquello. Quería cerrar la boca, ensalivarme los labios que tan secos notaba, al punto de rajarse de la misma sequedad. La oscuridad de la venda sobre mis ojos todavía permanecía, pero lo que más permanecía ahora era el silencio. El fatídico silencio.
Hacía un par de minutos que había escuchado como los dos, tanto Loring como el tipo que era su amigo, salían por la tienda y me dejaban completamente solo. Mi cuerpo, resentido, sucio, se encontraba desnudo y mis manos, atadas, eran incapaces de moverse para poder taparme. Me sentía asqueado. Me sentía sucio, me sentía... ¿como me podría sentir? La verdad es que ni si quiera sabía como me sentía. Tenía miedo de que lo que acababan de hacerme lo repitieran, tenía miedo de que no fueran ellos sino que otro entrara y me lo hiciera de una manera mucho más ruda, o que simplemente quisieran matarme.

La muerte. Después de todo esto no era una idea demasiado descabellada. Seguramente que sería todo más pacífico, más tranquilo... Si estuviera muerto ya lo que hicieran con mi cuerpo me daría igual. Yo no sentiría nada. Pero... pero... la muerte no era algo tampoco por lo que decantarse. No eran pensamientos bipolares sino que simplemente, la idea me resultaba atractiva, tentadora, pero imposible. Todo por mi hermana. Ella me estaba esperando, estaba esperando a que esta guerra culminase para que yo volviera a su lado. Me estaba esperando en nuestra pequeña casa de madera, al lado del campo. Le llegaría el dinero que el ejercito, supuestamente tendría que mandarla pero... lo mismo fue también un engaño, el engaño perfecto para atraer a un joven de clase muy baja para entregarle como cebo. Ah... el ser humano era horrible.

Moví mis hombros intentando encontrar una posición cómoda pero los movimientos de mi cadera me resultaban dolorosos. El simple echo de estar sentado me resultaba doloroso. ¿No podrían haberme echo un favor, ya que estaban, y dejarme tumbado? Prefería que se me gangrenase el brazo antes de seguir sentado. El dolor era insoportable y eso hacía que no pudiera olvidarme de lo que había pasado para que mi trasero me doliera tanto. Intenté colocar mis pies debajo de mis nalgas para que mi culo no apoyara entero en el suelo y poder así aguantar un poco la posición, raspándome las rodillas en el proceso. Cuando mi espalda subió ligeramente para dar paso a los pies, noté como la madera se clavaba en mi columna con mayor fuerza, haciendo que gimiera de dolor. Cerré los ojos con fuerza, a pesar de estar bajo las vendas impidiendome ver, y jadeé buscando, con dificultad, aire. La mordaza que tenía sobre mis labios impedía que el aire entrase más rápido, así que me costaba demasiado respirar. Además, cuanto más respiraba por la boca, más secos notaba mis labios. Sentía como si en cualquier momento fueran a cortarse o resquebrajarse y empezar a sangrar.

Sacudí mi cabeza intentando no pensar en nada. Tenía que intentar relajarme, tenía que intentar hacer algo en condiciones y no solo quejarme. Así pues, seguí moviendo mis brazos incesantemente intentando quitar la cuerda de mis muñecas, a pesar de que seguramente tendría estas ya en carne viva. Oh, pero eso no fue lo peor. Lo peor fue cuando el sudor que había cubierto mi cuerpo por lo que había pasado antes, se fue enfriando. Mi cuerpo ya no estaba sufriendo o teniendo ningún movimiento que me hiciera sudar, así que estaba empezando a pasar frío. Bastante frío. Entre que no podía moverme, el dolor y el frío, la cosa no hacía más que empeorar. Mi cuerpo comenzaba a temblar un rato después y ese mismo movimiento hacía que mi espalda rozase con el palo en el que me habían atado y creo que ya he dicho que ese palo me arañaba la espalda. Las condiciones no hacían más que empeorar en mi contra y la verdad es que tampoco parecía querer mejorar.

Agaché la cabeza, haciendo que el frío y, ahora, el hambre, ganaran la batalla. En ese momento ya no podía más que rendirme. Si en algún momento me soltaban, podría intentar escapar, pero por ahora, por mucho que quisiera luchar, la batalla estaba perdida. Era siempre más sensato una retirada a tiempo antes que insistir en algo que sabes que has perdido.

*

No se cuanto tiempo había pasado hasta que empecé a escuchar algo. Alguien volvía a entrar en la tienda, dejando pasar el aire frío del exterior. Mi cuerpo tembló con violencia al notar esa ráfaga de aire pasar sobre mi piel húmeda y fría e intenté encogerme un poco, lo que el dolor y la posición me permitían. No me molesté en levantar la cabeza aunque el cuello ya me dolía de estar todo el rato en esta posición y mis hombros se juntaron un poco, echándose hacia atrás, quizás en un intento de que el aire no me diera tan de lleno como me estaba dando, cosa que era casi imposible. Respiré hondo y poco a poco empecé a notar algo cerca de mi. Mis hombros se tensaron y me dieron ganas de morderme los labios asustado por lo que podía pasar y de pronto escuché como los pasos paraban. Algo sonó en el suelo y un cuerpo me rodeo. Mis muñecas se aflojaron durante un momento. ¡Mi oportunidad! Moví con fuerza mis brazos golpeando a mi raptor en el proceso e intenté salir corriendo. Mis piernas temblaron en el momento en el que intenté erguirme para salir corriendo por el largo tiempo que llevaba de rodillas y, si eso era poco, una mano enganchó mi muñeca y me tiró al suelo, haciendo que soltara un quejido de dolor al recibir el golpe. Jadeé y llevé mis manos a los ojos rápidamente para arrancarme de la cara la mordaza y la venda de los ojos. Cuando pude enfocar y mirar hacia arriba de pronto vi un puño que golpeó con fuerza mi cara. Entreabriendo los ojos pude adivinar la forma de un chico. Un chico bien formado, de cabellos rubios y ojos azules. Jadeé al ver sus ojos furiosos y fríos y una pequeña rojez en la barbilla de este chico. Este era mi raptor. Era o Loring o el otro chaval que antes me....

Tragué saliva antes de echarme un poco hacia atrás y notarle, prácticamente, encima mía. Jadeé de nuevo antes de llevarme los brazos sobre la cara y cubrirme, recibiendo en su lugar, golpes en el estómago y en el pecho. Me encogía por cada golpe que recibía. Era... era tanto el dolor, parecía que en cualquier momento se me romperían los huesos. Me mordí los labios antes de gritar de dolor al notar como clavaba su rodilla en mi estómago y bajar mis brazos de sobre mi cabeza y llevarlos a mi estómago. En ese momento aprovechó y empezó a golpearme con fuerza en el rostro.

—Arschloch(1)—escuché antes de notar un gran golpe en la mejilla. Pude comprobar, por su voz, que se trataba de Loring y no del otro chico. Jadeé en ese momento notando como las lagrimas inundaban mis mejillas—Blödmann(2)—dijo, esta vez mientras su puño se clavaba debajo de mis costillas, en la boca del estomago. Tosí un poco mientras abría mucho los ojos por la sorpresa y tosí cuando retiró su puño. Abrí la boca para suplicarle que parara, y con ello levanté mis brazos hacia él para que parara, pero el no paraba. Sus ojos eran fríos y estaban abiertos en una expresión de odio, una expresión sádica que no hacía más que infundirme miedo. Sus pupilas eran pequeñas y sus azules iris se clavaban en mi mente, como pequeñas agujas.—Stück Dreck(3) —añadió con voz aún más lúgubre. — Hündin. Sie sind meine Hündin. Also denken Sie, bevor Sie zu treffen.(4).—finalizó antes de golpearme más veces en la cara. Jadeé y grité, como acto reflejo a los golpes, en busca de ayuda. Pero entre puñetazos y patadas volví a caer en la cuenta de que estaba en una base enemiga y que la ayuda jamás llegaría, al menos no para mi.

Cerré los ojos mientras forcejeaba para que me dejara hasta que al final me dí por vencido. Dejé mis manos caer a ambos lados de mi cuerpo mientras me golpeaba y cerré con fuerza mi boca para no gritar. Cuando creía que me caería un nuevo golpe, me sorprendí al notar que no. Que de pronto todo cesó. Respiré con dificultad mientras notaba como el peso iba desapareciendo de encima de mi. Intenté recordar las palabras que me había dicho, pero ni si quiera le había entendido. Me mordí los labios mientras abría los ojos y vi como Loring caminaba hacia un lado. Me puse a gatas para intentar andar, a pesar de las contusiones, pero en seguida me vi con las manos atadas a la espalda, de tal modo que mis pies quedaban "unidos" con las cuerdas a mis muñecas, impidiéndome movilidad alguna. Le miré fijamente, de arriba a abajo mientras el parecía mirarme con indiferencia después de atarme. Fruncí el ceño cabreado e intenté moverme. Pero entre el dolor que ya venía de antes y el de la paliza, solo conseguí gemir un poco de dolor. Estupendo. Encima no hacía más que hacer el ridículo delante de Loring, divirtiéndole más a mi costa. ¿Que tan patético podía llegar a ser? Seguramente que más de lo que podía imaginar.

Así pues, con esta forma de atarme, de nuevo quedé de rodillas. Genial, supongo. Ahora estaba desnudo, de rodillas, con los pies y las manos atados, postrado ante un maldito alemán que seguramente quería deshacerse de mi cabeza en cualquier momento, o peor, utilizarme para descargar su frustración sexual. ¿Es que esto era algo normal en el ejercito? No, mejor dicho ¿es que era esto algo normal en Alemania? ¿O era cosa de este campamento en particular? Suspiré exasperado y agaché mi cabeza mirando los pies de Loring pasearse por la tienda. Cogió un plato del suelo y tiró su contenido delante de mi. Era agua. En ese plato había agua. Mi boca se abrió por un momento, sorprendido de que en ese plato hubiera suculenta agua, agua que ahora mismo necesitaba. Mis labios se resecaron de nuevo al ver como cada gota era desperdiciada en el suelo y como desaparecía ante mis ojos. Me quedé quieto cuando el plato ya estaba vacío e hice una pequeña mueca. Era mi unica oportunidad para beber, debería haberla aprovechado y haberme estado quieto. Debería...

Noté como Loring se alejaba de mi y alcé mi mirada al verle salir de la tienda. Moví mis muñecas casi con desesperación mientras el estaba fuera. Lo mismo si me escapaba antes de que viniera. Aún estando desnudo, me daba igual. Haría cualquier cosa por huir, por salir de este lugar cuanto antes y como sea. Pero el nudo era fuerte. Muy fuerte, y las muñecas me dolían, mucho. Lo había apretado de tal manera que me era imposible, ahora, moverlas siquiera. Moví mis pies, notando que, al estar atados tan juntos, mis tobillos chocaban, provocándome una sensación completamente desagradable en las piernas, y me dio un pequeño escalofrío. Loring había dejado la tienda un poco abierta y el frio calaba a lo más hondo de mi cuerpo desnudo. Si al menos pudiera avanzar hasta la entrada y cerrarla... quizás no tendría tanto frío. O quizás debería de centrarme en esconderme y no en tener frio o no. Cerré los ojos, respiré hondo y arrastré mis rodillas, avanzando lentamente y con dolor en los tobillos, en busca de un punto ciego, cualquiera. Jadeé mientras notaba como la piel de mis rodillas se iban rasgando hasta hacer heridas y como las heridas escocían, dolían y se abrían cada vez más por estar andando de esta manera. Pero dada en la situación en la que me encontraba, no me quedaba otra que andar de esta manera. Era la única forma de esconderme para luego poder escapar. ¡No quería quedarme en este lugar por más tiempo!

Encontré una caja apoyada en un lateral y corrí hacia ella. Me puse detrás de esta, escondiendo mi cuerpo en el interior de la caja, sin que se me viera. O eso al menos estaba intentando. Dado que tenía que estar de rodillas por culpa de las ataduras, no conseguía ocultar por completo mi rostro. Jadeé en cuanto noté que la tierra del suelo estaba justo debajo de mis heridas recién echas y me mareé por un momento. Mi cadera, mis rodillas, mis tobillos y mis muñecas, todo eso unido al dolor de los golpes que acababa de recibir de Loring hacía que el dolor inundara en cada rincón de mi cuerpo, haciéndome querer llorar en cualquier momento, desesperado y mareado. Ahora, ahora más que nunca quería volver a mi casa. ¿Quién me mandó meterme en el ejercito? ¡No es lo mio! Yo... yo no debería estar aquí. Debería estar con mi hermana, a su lado, durmiendo tranquilamente o recolectando flores con calma. No aquí, escondido detrás de una caja y rezando a Dios sabe quien para que no me vieran y me dieran como que había escapado. Pero nada más lejos de la realidad. Nada más allá de la madera que ocultaba mi cuerpo por entero podía ayudarme. Estaba completamente perdido y desesperado. Si tan solo fuera un poco más rápido... o más hábil quizás hubiera podido salir corriendo y alejarme de este lugar. Respiré hondo al notar como estaba a punto de sollozar. No. No iba a llorar. No iba a mostrarme débil de nuevo. No iba a dejar que ni Loring ni su amigo me vieran como ellos querían verme: sufriendo. Cerré los ojos y respiré hondo varias veces, hasta que noté mi cuerpo un poco más calmado.

Pero, para mi maldita desgracia, esa calma duró apenas un par de segundos pues, enseguida, pude escuchar pasos adentrarse en la tienda. No eran uno, ni dos soldados. Los pasos eran de más de 3 soldados. Me tensé mientras me quedaba completamente de piedra, aguantando incluso la respiración. ¿Que hacían tantos soldados en la tienda? ¿Cómo había pasado esto?

—¿Dónde está?

—No puede estar muy lejos.

—Loring dijo que lo había atado, así que dudo que haya podido escapar.

Su inglés, bruto y seco, quemaba en mis oidos, llenando mi cuerpo de terror. Sus palabras, para mi entendibles, eran, cuanto menos, aterradoras. Me buscaban, querían encontrarme y Loring lo había dejado todo preparado para que así fuera. Para que me encontraran y me hicieran lo que quisieran de verdad. Noté lágrimas en mis mejillas comenzar a caer. Mierda. No tenía que llorar, no tenía que darles ese placer. Tenía que aguantar, aguantar, aguantar.

—¿Donde se puede haber metido?

—Es pequeño como una rata. Lo mismo está en el rincón más pequeño que podamos encontrar.

Los pasos continuaban sonando detrás de mi, mi espalda continuaba tensa. Notaba como si en cualquier momento me fueran a encontrar. Como si me estuvieran viendo pero hablaban y hacían que me buscaban para torturar mi mente. Cerré los ojos, intenté no escucharlos, pero sus pisadas, a apenas un par de centímetros de mi espalda era lo único que podía oír. Ya ni si quiera podía escuchar mis propios latidos, ni mi respiración. Solo el caminar, las botas militares rozando contra el suelo detrás de mi. Solo tenía que esperar. Esperar a que el sonido cesase. Esperar a que los pasos se fueran alejando de mi y no acercándose como lo estaban haciendo. Estaba aterrado, sobre todo por que ahora mismo era la presa de estas bestias, por que ahora, por encima, podría ver lo que me hacían y no quería verlo. No quería ver la tortura a la que me habían sometido antes. Tenía miedo de sufrir.... Cerré los ojos con fuerza mientras mis labios se apretaban formando una fina linea recta. Mi respiración cesó cuando escuché como de pronto los pasos paraban. Bien, perfecto. Todo sería genial de no ser por que habían parado demasiado cerca de mi. Agaché la cabeza como si el mero echo de mirar al suelo me hiciera completamente invisible. Comencé a escuchar como hablaban en alemán y dejé de entenderlos en ese mismo momento. ¿Estarían planeando algo? Mi corazón dejó de latir cuando se quedaron todos en silencio. Abrí mucho los ojos mirando al suelo mientras aguantaba la respiración todo lo que podía. No. No me habrían descubierto ¿verdad?

Pero para mi sorpresa, mi grata sorpresa, escuché como los pasos se iban alejando y como poco a poco desapareciendo. Notaba mi corazón golpearme en el pecho con fuerza, casi escandalosamente, como si lo que quisiera es que los soldados que se acababan de ir volvieran de nuevo. Noté lagrimas de alivio salir por mis mejillas y aguanté para no sollozar. Estaba a salvo... ahora mismo estaba a salvo... y nadie podría imaginarse el alivio, la calma y el descanso que eso daba a mi mente y cuerpo. Solté un pequeño suspiro en silencio mientras agachaba un poco la cabeza, un poco más de lo que lo había agachado y sonreí un poco. Con un poco de suerte podría pasar desapercibido también de Loring y podría irme a la noche, aunque me dejara las rodillas en el proceso, hasta encontrar ayuda. Ensalivé un poco mis labios e intenté moverme lo más silenciosamente posible. Giré un poco mi cuerpo y miré al frente.

Y palidecí.

Unas piernas largas y fuertes interrumpían mi camino. Unos pantalones de camuflaje manchados y algo rotos metidos en unas botas marrones llenas de barro negro, seco, estaba ante mi. Mi cuerpo se tensó de golpe, noté como el frío inundaba cada rincón de mi espalda mientras el terror se hacía con mi mente sin poder siquiera evitarlo. Levanté poco a poco la mirada, topandome con su cadera y poco a poco con su cuerpo, cubierto por una camiseta de algodón de tirantes que, al igual que el resto de la ropa, estaba manchada de barro. No podía ser... me habían engañado. Mientras su mano se enredaba en mi pelo, mis ganas de llorar de puro terror volvieron a mi. Noté como mi espalda se tensaba mientras su mano tiraba un poco hacia arriba. Su cuerpo se encorvó y su rostro quedó frente al mio, con una sonrisa oscura. Sus ojos pálidos y, a mi vista llena de lágrimas, borrosos, se clavaron en mí.

—Te encontré ratita.

El tirón de pelo se hizo más fuerte que antes, noté como si en cualquier momento me arrancaría todo el pelo que tengo en la cabeza. Su mano se movió hacia un lado y de pronto fui lanzado contra un lateral. Mi hombro izquierdo rozó contra el suelo y gemí un poco de dolor al notar como la arena raspaba mi costado y mi pierna. Mis ojos se habían cerrado en el momento de la caída y mis lágrimas habían salido lentamente, en contra de lo que yo mismo quería. Abrí un poco los ojos para encontrarle de espaldas, en la puerta de la tienda. Cuando se dió la vuelta, había tres personas con él. Me mordí el labio con fuerza hasta que noté el sabor de mi propia sangre e intenté moverme a un lado, quizás con la mínima esperanza de poder escapar, aun sabiendo que era algo completamente inútil. Pero, tal y como mi pesimismo estaba prediciendo, no iba a ser fácil deshacerme de ellos. Tenía delante de mi a uno de cabello pajizo mientras que otro se interponía entre mi inútil huida.

—¿Veis la carita de terror que tiene ahora mismo?

—Cuanto más asustados, más divertidos.

Miré a ambos que hablaban mientras otros me desataban las muñecas. Moví mis manos para intentar golpearles, para intentar conseguir algo. Antes de que consiguiera nada, las botas de quien me había descubierto golpearon con fuerza la boca de mi estómago. Abrí los ojos y la boca al notar el golpe y solté un quejido mezclado con toses. Mis manos volaron hasta debajo de mis costillas, apretando donde me habían golpeado. Miré hacia arriba viendo la sonrisa de todos y cada uno de ellos. Y jadeé en busca de aire. Hacía un rato había recibido los golpes de Loring, No estaba completamente recuperado de eso ¡y ya me estaban golpeando de nuevo!

Me levanté poco a poco, tosiendo por el golpe y escuché como empezaban a hablarme, a decirme cosas como "Uy, si se esta levantando" "cuidado con la ratita, que tiene dientes". Me mordí el labio y alcé la mirada encarándoles y llevando mis manos a ambos costados. No. Ahora que estaba suelto no iba a huir sin pelear como hice con Loring. No. Respiré hondo y apreté mis puños, dispuesto a defenderme si era necesario. Y no puedo negar que cuando sus rostros se volvieron serios, mi cuerpo empezara a temblar de miedo. ¿Pero como no? Todos eran enormes, tenían grandes músculos desarrollados y miradas frías, como si hubieran sido entrenados para intimidar con solo la mirada a sus oponentes. Yo... solo era un flacucho, pequeño, rodeado de bestias... era....

—Eres nuestra presa, francesito. —terminó mis pensamientos uno de ellos mientras tomaba mis mejillas y las apretaba. Levantó el brazo y me levantó con él mientras agarraba su brazo para que no toda la fuerza fuera a mi cuello. —Te íbamos a comer y saborear... pero creo que algunos ya no tienen ganas. Nos has enfadado, y eso no se hace, esta muy mal —dijo. Tragué saliva y giré mis ojos hacia los lados, notando las frías miradas que algunos tenían aún en sus caras.

—S....Suéltame bastardo —dije empezando a patalear. El que me sostenía solo se rió y me miró con una sonrisa. Una sonrisa que infundaba terror a cualquiera a quien fuera dirigida.

E iba dirigida a mi.

Noté como hacía fuerza y me tiraba contra el suelo. Mi espalda chocó contra este y grité de dolor antes de notar como una mano agarraba mi muñeca derecha. Moví mi mano libre intentando golpear a alguien, como si lo hiciera a ciegas, desesperado para que me soltaran. Pero un puño golpeó mi mejilla con fuerza. Mis propios dientes habían rasgado la mejilla por dentro y saboreé mi propia sangre. Cerré los ojos e hice una mueca antes de escuchar el sonido de una tela. No podía estar pasando, no podía estar pasando de nuevo. Ahora, ahora que finalmente podía volver a ser libre....

Levanté una pierna con fuerza con intención de golpear a alguno de mis captores, pero esta fue atrapada en el aire. Abrí los ojos y miré a quien tenía mi pierna atrapada, y levanté la otra para golpearle, girando levemente mi cuerpo para ello. No podía rendirme ahora. Mi hermana estaba esperándome así que no podía, simplemente, rendirme. Golpeé el hombro del tipo que me agarraba la pierna y una pequeña sonrisa de satisfacción se asomó por mi rostro. Moví mi mano atrapada intentando soltarme, cada vez más confiado en mi mismo. La sorpresa me paralizó al notar como una mano rodeaba mi cuello y empezaba a apretarme.

—S-Sueltame —gemí asustado mientras con mi mano libre intentaba separarle de mi. Su mano estaba alrededor de mi garganta con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento me quedaría sin Aire. — J-Je ne peux pas respirer(5) ...—añadí mientras las lágrimas inundaban poco a poco mis ojos, de nuevo.

—¿Uh? ¿Que has dicho? —dijo el que sostenía mi cuello. Lo levantó durante un momento y con fuerza chocó mi cabeza contra el suelo. Gemí dolorido mientras notaba como unas manos cogían mi única pierna libre y me abrían las piernas. Miré hacia abajo asustado mientras los demás parecían hablar entre ellos. La situación no podía ser peor: Mientras uno tenía su mano en mi garganta y la otra agarrando mi mano, dos abrían mis piernas en contra de mi voluntad. Mi mano libre no podía más que sujetar la mano del primer sujeto que con tanta fuerza me agarraba del cuello, como si lo que de verdad quisiera sería matarme. Mientras tanto, el que quedaba, parecía hablar con uno de los que me agarraban las piernas en su idioma natal.

Notaron, al parecer, mi mirada asustada y ambos se giraron hacia mi. Sonrieron de una manera tal que mi cuerpo se estremeció de miedo y ví como el único que no me agarraba por ningún lado, cogía la cuerda que hasta hace nada ataba mis muñecas. Tragué saliva e intenté hacer fuerza para cerrar las piernas, pero ambos que me sujetaban tenían más fuerza que yo. El agarre de la garganta fue más fuerte en ese momento, por lo que eché la cabeza hacia atrás exhalando un gemido asustado. Noté la áspera tela alrededor de mi miembro y no pude sino mirar hacia abajo a ver que narices quería hacer. ¿Pensaban atarlo y tirar para arrancarlo? ¿ME HARÍAN TAL COSA? Estaba asustado, quería ponerme a llorar en cualquier momento. ¿Por que yo? ¿Por que tenía que ser yo?

Mi cuerpo temblaba a medida que el nudo se iba haciendo hasta que de pronto apretó. Apretó con demasiada fuerza haciéndome daño. Mucho daño. Lloré y grité pidiendo que me dejaran mientras mi cabeza se echaba hacia atrás. Noté que tiraban de la cuerda arrancándome gritos cada vez que tiraban, ya casi más de miedo que de otra cosa, y como mis piernas se abrían hasta el límite de mi flexibilidad, forzándome a abrirlas más de lo que yo podía y, en el proceso, haciéndome daño. El agarre de mi cuello desapareció al igual que el de mi mano, pero esta vez lo que tenía era un gran peso sobre los hombros. Abrí los ojos que anteriormente había cerrado a causa de la reciente atadura y jadeé en busca del aire que tanto necesitaba. Escuché risas mientras notaba mis mejillas mojadas por las lágrimas y escuché el sonido de una cremallera. Miré hacia abajo para ver cual de los tres había sido, o qué había abierto y el que estaba sin agarrarme, se sentó sobre mi pecho. Me miró con una sonrisa y tomó mi rostro. Cerré la boca en un acto reflejo y eso parecía, más que haberle molestado, que le hacía gracia. Tiró de la cuerda, apretando ligeramente ese nudo que había echo y abrí los ojos tanto como pude del mismo terror. Aguanté el grito y  me mordí el labio de nuevo, haciendo que me escociera la herida que previamente me había echo en el interior del labio. Entrecerré los ojos, como retándole y diciéndole que jamás conseguiría que abriera la boca, y más para él, y eso pareció gustarle. Mierda. No era eso lo que pretendía.

Ví que alzaba la cabeza y miraba al que me estaba sujetando por los hombros y asintió. En ese momento pude notar algo duro, caliente y pegajoso en la cara. En mi mejilla, concretamente. Tragué saliva mezclada con la sangre de mi herida y miré hacia arriba. Ese había sido quien había abierto su pantalón. Noté como el beso en un hombro era sustituido por el otro hombre y la mano del que tenía el pene en mi cara, rodeó su miembro y empezó a moverlo, golpeándome.

—Te gusta, ¿eh? Mi polla golpeando tu cara. —dijo empezando a reirse. Su mano agitó su miembro con más fuerza, pegandome en la cara como si con ello disfrutara. —Eh, vosotros. Haced que abra la boca, quiero probarle —añadió al cabo de un momento. ¿Como iban a conseguirlo? El truco de la respiración ya me lo sabía y podía deshacerme ahora de ello.

Lo que no me esperaba era ver era como uno de ellos, buscaba algo en la tienda de Loring y al encontrarlo se acercaba a mi. Era una fusta. Una fusta, que por cierto, se alzó rápidamente y golpeó mi miembro. Grite. Grité más que antes si pudiera. No era justo, no tenían que maltratar mi cuerpo de esta manera. Dolía. Dolía demasiado. ¿Querían matarme entre torturas? Lágrimas salían de mis ojos sin cesar mientras el que antes me golpeaba la cara había aprovechado el grito para meter su miembro en mi boca. Ambas manos volvieron a descansar sobre mis hombros y su cintura comenzó a moverse haciendo que su miembro resvalara por mi lengua hasta llegar a lo más profundo de mi boca, hasta la garganta, ocasionandome arcadas. No paraba de moverse a pesar de lo mucho que gemía asqueado y dolorido. Por otra parte, el tipo de la fusta parecía haberse divertido y empezó a golpear el resto de mi cuerpo. El que anteriormente estaba sobre mi pecho desapareció. Mis ojos estaban cerrados pues ya la única visión que tenía era la de las piernas del que estaba embistiendo en mi boca así que no sabía que estaba pasando a mi alrededor. De nuevo, no sabía que era lo que me iban a hacer. Sin previo aviso noté algo entre mis nalgas. Me tensé de golpe y cerré un poco mi boca, ocasionando un leve mordisco en el tipo que parecía disfrutar violandome la boca. Un golpe volvió a descansar sobre mi miembro a la vez que un fuerte tirón de la cuerda, cosa que hizo que gimiera de dolor aún teniendo el pene asqueroso de ese tipo en mi boca. Quería morirme. En este momento quería morirme.

Como si con un puñal lo hiciera, noté como uno de ellos entraba de golpe en mi cuerpo, desgarrando mi interior. Mis ojos se abrieron anegados de lágrimas y mi cuerpo temblaba. Quería suplicarles que me dejaran en paz, que de verdad no quería hacer esto, que era sucio y asqueroso, pero no paraban. Es más, ambos a la vez se movían cada vez más rápido. Al cabo de un momento noté en mi garganta algo cálido, pastoso, bajar por mi esófago. Un gemido placentero acompañado de varias embestidas fuertes me hicieron comprobar que uno de ellos había terminado. Cuando sacó su miembro de mi garganta empecé a toser. Estaba mareado. Muy mareado. Quería vomitar y así hice. Cuando noté que su agarre desaparecía de mis hombros giré mi cuerpo y vomité lo que me había echo tragar. Lo que antes también me habían echo tragar. Lo vomité todo mezclando con la ácida bilis de mi estómago. Cuando terminé, las lágrimas empapaban mi rostro por completo, una tos dio por finalizado todo y unas manos furiosas agarraron mi cadera.

— Yo todavía no he terminado, así que ni se te ocurra moverte, puta asquerosa. —dijo con voz lúgubre mientras me embestía con tal fuerza que me hacía un daño casi indescriptible. Los demás reían al ver lo que me había pasado y no dudaron en burlarse de ello. El que había violado mi boca alzó mi cabeza mientras me tiraba del pelo y sonrió macabramente.

—Solo por eso, mereces un castigo. Mira que vomitar mi suculento semen —dijo antes de tender la mano y que le dieran la fusta. Golpeó mi cara con ella y parte de mi pecho mientras el otro, ahora a mi espalda a causa de mi anterior giro, clavaba sus uñas en mi cadera. Uno de los que estaba detrás del tipo, ahora de la fusta, asintió como si estuviera hablando con el que me violaba y noté como este, se tumbaba de espaldas y me tumbaba sobre él. Mis brazos cayeron a ambos lados de su cuerpo y noté como me temblaban las manos. Miré hacia abajo sin entender muy bien, viendo sobre todo una mancha borrosa acercarse a mi sin distinguir ningún detalle. Las lágrimas no me dejaban ver. Pero no impedía que sintiera. Jadeé en el momento en el que le sentí entre mis piernas tambien, mientras el otro seguía moviendo su cadera.

De mi garganta salió un quejido al querer preguntarle que iba a hacer, que es lo que tenía pensado hacer conmigo. Y mi voz se congeló cuando le noté que lo que pretendía era entrar tambien.

—No... No puedes —gemí — no entra mas... no entra. Dejadme... por favor dejadme —supliqué entre sollozos mientras el tipo hacía caso omiso a mis súplicas. Noté como a la fuerza hacía espació en mi trasero y como entraba de golpe arrancandome un alto alarido de dolor. Mi interior se rompía. Mientras sus caderas se movían dispares, mi interior se iba rompiendo poco a poco. Sentía como si mi interior poco a poco se abriera como si fuera una tela cuando se rompe. Notaba el dolor en mi interior, notaba como si en cualquier momento mi estómago se fuera a romper y se les viera a ellos dentro de mí, disfrutar.

Y con ello no pude más que llorar mientras les suplicaba en inglés, y en francés, que pararan. Que me rompía, que me iban a matar con eso.

Nada les detuvo.

*

Desperté en el arenoso suelo, cubierto de arena. ¿Cuando había perdido la consciencia? Ah, cierto... Habían continuado y cuando los dos terminaron dentro de mí, fueron sustituidos por los otros dos.... me hicieron ponerme de rodillas mientras uno me violaba la boca y al final, cuando terminaron, me desmayé. No recordaba nada más, pero mi cuerpo al parecer, no había estado quieto mientras yo dormía.

Moví mis manos por la arena y estiré los brazos intentando levantarme un poco. Estos temblaron y volví a caer al suelo. Por otra parte, mi cadera me dolía demasiado así que, cuando intenté doblar siquiera las rodillas, moviendo mi cadera para levantarme, fue tal el dolor que no pude evitar soltar un alarido. Miré a mi alrededor y me dí cuenta de que no tenía las cuerdas puestas y que las ataduras de mi miembro habían desaparecido. Era normal ¿no? Las condiciones en las que estaba me impedían moverme siquiera un milímetro. Jadeé un poco y llevé una mano a mi cara y noté como esta tenía algo pegajoso. Me arrastré hasta el mastil donde me había atado en su momento Loring y con dificultad, me medio senté para poder mirarme. Mi cuerpo estaba sucio. No solo de arena sino que también de semen. Pude ver que por "respeto" a Loring habían "limpiado" la zona donde yo había vomitado sustituyéndolo por tierra nueva.

Llevé mi mano a las zonas donde me habían golpeado hoy y me acaricie la piel con suavidad mientras unas lágrimas de impotencia salían de mis ojos.  ¿Por qué era tan inútil que no podía hacer nada?

Intenté levantarme con ayuda del mastil y mis piernas temblaron al soportar mi peso. Intenté soltarme pero enseguida caí de lleno contra el suelo. No era buena idea levantarme. No podría moverme ni un poco. A pesar de estar desatado, de tener una oportunidad de oro, mi cuerpo era demasiado debil y estaba en tal estado que me era imposible, completamente imposible, moverme. Solo tenía que esperar a que llegara mi fin en un momento u otro.

*


Escuché unas pisadas al cabo de un rato. Abrí los ojos con pereza y ví unas botas llenas de barro acercarse a mi. Uno de los pies se alzó y con suavidad empujó mi hombro, girándome y dejándome bocarriba. Pude ver que era Loring. Cerré mis ojos cansado al notar como se agachaba y me pegaba al mástil, obligándome a sentarme. Eso me produjo tal dolor que ya, cansado de gritar, me limité únicamente a llorar. Noté que me alzaba la cara por la barbilla y ponía delante de mi su miembro.

—Non—dije sobrentendiendo lo que me quería decir. Pegó la punta a mis labios mientras lo sujetaba con una mano y empecé a sollozar —N...Non....s'il vous plaît, non..... laissez-moi... s'il vous plaît, laissez-moi (6) —supliqué con lágrimas en los ojos. Pero parecía que no iba a tener piedad de mis súplicas y, aprovechando que hablaba, al terminar mi súplica, introducía su miembro en mi boca por completo. Cerré los ojos dejando que las lagrimas cayeran y los sollozos quedaran ahogados en mi boca mientras su cintura se movía de atrás adelante. Alcé mis manos y las apoyé en sus piernas, intentando hacer fuerza para separarle de mi. No quería.... no quería vivir esto. No cuando apenas podía descansar siquiera entre unas cosas y otras. No mientras mi cuerpo me suplicaba piedad.... 

Empujé con toda la fuerza que tenía sus caderas para que se aleje de mi cuando noté como su bota apretaba en mi miembro. Lagrimeé un poco pues ya lo tenía bastante dolorido por los golpes de antes y el nudo que me habían echo y mi empuje perdió fuerza. Sacó un momento su miembro de mi boca y pegó su cadera a mis labios para que, aunque no lo chupase, mis labios siguieran acariciándolos. Moví mi cabeza para intentar deshacerme de ese desagradable y húmedo roce y noté como su mano enredaba mi cabello, empujando mi cabeza hacia atrás. Miré hacia arriba y vi los ojos fríos de Loring mirarme, haciéndome recordar lo que había pasado antes de que se fuera de la tienda. Apreté los labios lagrimeando y fruncí el ceño dando a entender que no lo haría más, que no quería chupársela de nuevo, pero él presionó con la punta en mis labios, haciendo que estos cedieran y su punta rozara con mis dientes. Su pué apretó contra mi miembro de nuevo y lagrimeé un poco mientras le miraba. Sus ojos me decían que abriera la boca mientras que yo suplicaba con los mios que me dejara en paz. Finalmente él mismo tomó mi boca, metió los dedos en mis labios y me la abrió a la fuerza, introduciendo de nuevo su miembro y moviéndose con mayor rudeza que antes. Emití un quejido al notar que llegaba tan profundo en mi boca y seguí empujándole mientras mis manos temblaban.

De pronto, sus caderas comenzaron a moverse con mayor velocidad. Miré hacia arriba y ví su expresión: sus ojos brillaban, sus labios parecían secos pues estaba cada dos por tres lamiéndolos y de vez en cuando se los mordía. Noté como de pronto me agarraba más fuerte del pelo y cuando sacó su miembro jadeé por aire, notando algo caer en mi cara. Después de todo lo que estaba ocurriendo, no necesitaba mirar para saber que era. Noté su mirada y sus jadeos después de que terminase en mi cara y como soltaba mi cabello. Apoyé mis manos a un lado de mi cuerpo intentando sostenerme pero terminando cayendo hacia un lado. Lo último que vi... fueron las botas de Loring.

Y después todo es borroso....

....y perdí la consciencia.

----------------------------------------------------------------------------------
(1)Hijo de puta
(2)Cabron
(3)Pedazo de mierda
(4)Puta. Eres mi puta. Así que piensa antes de golpearme.
(5)No puedo respirar
(6) N...no.... por favor, no.... déjame.... por favor... déjame....
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Y esto es todo por ahora. Por que no, no termina aquí. ¿Quién dijo que esto era el final? xD Me he ganado, lo se, el odio de muchos ahora mismo, pero ah ¿quien dijo que todo era bonito? Las violaciones no llevan al amor e3e jus jus jus.... Espero que os haya gustado xD a pesar de haber tardado tanto en actualizar u3u....

Un saludo!!


4 comentarios:

  1. Es desgarrador O.O

    Me gustas como describes, aunque eso hace que lo pases peor. En serio, pobre chico TTATT

    Creo que me cae peor el amiguete de Loring, no sé, me parece simplemente cruel, con Loring sospecho que hay un trauma u odio hacia los franceses.

    Esperaré el siguiente... pero sobretodo, que no tarde tanto ;A;

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahahaha Loring.... es especial xD -se frota las manos- y me alegra muchísimo saber que la descripción ha sido buena. Me acerco cada vez más a mi objetivo de hacer que la gente sufra con los personajes ewe -sigue frotandose las manos como si fuera una mosca-

      Verdaderamente, yo tambien espero no tardar tanto xD si la inspiración no me abandona, seguiré subiendo más rapido, espero

      Eliminar
  2. ¿En serio Arty? ¿Dos personas follando por el mismo orificio a la vez? Diooooos, eso supera los límites de la crueldad. Pero paciencia. Por muy miserable que sea ahora mismo Miette algún día tendrá que acabar (que sea con vida es otra cosa). Pero ¿para qué mentir? Quiero saber como acaba para poder sentirme en paz con el chaval.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. SSSSap. Tuve que indagar e investigar para poder hacer este capi un poco más cruel.... .____. y no sabes cuanto me arrepiento por ello... he visto cosas que nadie debería ver.... IUK, solo digo eso. El final... la verdad es que quiero que sea largo oHo.... más que nada por que hay mucho que contar... xD y por que, sobre todo ewe, esto puede ser solo una infima parte del total.
      Me alegro que te haya gustado x3

      Eliminar